Hace casi dos años que nos despediamos rumbo a Alemania.

Como os prometimos, EnBici se vino con nosotros. No la abandonamos. Todo lo contrario, creo que conseguimos darle un empujoncito.

 

Sabiamos que no estariamos alli demasiado tiempo (aunque no pensabamos que fuera tan poco), asi que decidimos aprovecharlo bien.

 

Por supuesto, nos llevamos nuestras bicis y las sacamos de paseo todo lo que pudimos, y si no viajamos mas fue porque no nos acompaño el clima. El invierno fue largo, muy frio, y de mucha mucha nieve. Una gozada para andar con raquetas, probar el esqui de fondo, o disfrutar haciendo fotos, pero bici ... bici poca pudimos hacer durante muchos meses.

 

Aun asi, conseguimos pedalear por los Bosques de Turingia, recorrimos el Rennsteig, las orillas del Werra y la frontera de la RDA, subimos al Ostsee, visitamos Dresden, bajamos a Baviera para conocer el Danubio, nos acercamos al Tirol y los Dolomitas (que no estan en Alemania pero que nos caian cerca), y pedaleamos entre los viñedos del Rio Mosela. Tambien sin bici nos movimos mucho, pero eso es otra historia ...

 

 

 

 

Descubrimos como es pedalear sobre la nieve, lo bonito que es el otoño en centroerupa, los cubrecascos, como lavar la bici sin manguera (es que alli no teniamos garaje), los expendedores de camaras de bicicleta, y lo bien que sienta una "Radler" para reponer fuerzas.

 

Pese a estar en un pais donde puedes encontrar todos los accesorios imaginables para viajar en bici , tampoco compramos demasiado. Una potencia regulable, cubiertas nuevas (Schwalve naturalmente), un sillin (por defuncion del anterior), y poco mas. Bueno, si que nos hemos comprado algo mas: una bici nueva.

 

 

 

 

Han sido meses con altos y bajos, pero al final tenemos que decir que nos venimos con mucho mas de lo que habiamos imaginado. Hemos conseguido comunicarnos en Aleman   (con el merito añadido de conseguirlo mostrando un total desconocimiento de las reglas gramaticales ...), hemos descubierto la opera al aire libre y "a cubierto", los conciertos de musica clasica (incluso fuimos a uno de Theremin que nos dejo alucinados), y hasta la musica sacra (es que vivir donde nacio Bach deja su impronta). Hemos estado a gusto, y hemos conocido a gente increible (y a otros bastante mas creibles ...). Hemos disfrutado de los mercadillos de Navidad, con sus salchichas, su jabali a la parrilla, sus "Gluhwein" y el "Feuerzangenbowle" (ponches especiados y muy calientes que los alemanes usan como anticongelante corporal) , de los carnavales, y de las fiestas del vino. Hemos sufrido las resacas del Riesling y los mojitos de fresas, pero sobre todo, hemos disfrutado de las paellas del mejor anfitrion de Eisenach, de sus arroces negros regados de alvariño, y de las gambas de Huelva que se traia de Frankfurt.

 

Resumiendo, que ha sido una experiencia estupenda ... aunque nos alegramos de estar de vuelta. Otra vez liados con la mudanza, y deseando volver a rodar por caminos conocidos.

 

 

Bea y Manuel